Visto, oído y vivido: Un curso y un año
DESPEDIDA
Y otro año más, ha llegado junio, la etapa final para los estudiantes, y con ella el esperado verano. Hemos experimentado muchas cosas a lo largo de estos 12 meses, entre ellas un largo, pero inigualable curso escolar. Recuerdo su inicio como algo amargo, ya que se sentía el descontento general por la vuelta a clase, pero poco a poco se fue haciendo cada vez más llevadero. La lectura ha estado presente siempre por momentos, y he leído varios libros, tanto dentro como fuera del ámbito escolar. Siempre opto por libros con temáticas como el misterio, y concretamente la novela negra, que es por la que suelo decantarme. Me gustaría probar diferentes temáticas, pero sinceramente no sabría por donde empezar.
Soy fiel creyente de que todo esfuerzo merece su recompensa, y en este curso se ha notado bastante. A medida que vas creciendo el nivel que te exigen va subiendo, lo que hace que todo se haga más cuesta arriba. Aunque pensemos lo contrario, los profesores saben cuando realmente nos esforzamos y cuando no. Es cierto que no siempre es fácil sacar adelante algo que nos cuesta, pero todo es ponerse y tener la motivación suficiente para seguir. A lo largo de este año hemos trabajado mucho y, algunos, me atrevería a decir que la gran mayoría, hemos intentado hacerlo de manera constante y con afán de superación. He aprendido muchas cosas que antes no sabía gracias a los trabajos que he hecho, y he ampliado mis conocimientos más de lo que pensaba, pero no todo ha sido siempre positivo, he de admitir que me he relajado en momentos que no debía, y por eso también he aprendido a adaptarme a las consecuencias que conlleva el no poner el suficiente empeño en lo que haces.
También he aprendido que siempre, a pesar del esfuerzo, te encontrarás con algún obstáculo que se interponga en tu camino y te haga dudar de que puedas seguir adelante. No es fácil que todo salga bien, y tenemos que acostumbrarnos, como estudiantes y como personas, a que en la vida no todo es como nosotros lo queramos, y tenemos que luchar y trabajar duro hasta que las cosas mejoren. Siempre te puede salir mal un examen, un trabajo, una exposición, pero eso no es motivo para dejarlo todo. La solución es mirar hacia delante con una actitud positiva y esforzarse para que, en algún momento, todo mejore.
Nunca olvidaré todo por lo que hemos pasado cada día de este curso, en cada clase, cada nuevo día se convirtió en una nueva experiencia. Hemos pasado por muchos momentos como grupo, que a pesar de nuestras diferencias hemos conseguido encajar bastante bien entre todos y hemos conseguido un ambiente más ameno durante estos nueve meses que compartimos juntos. Sin ninguna duda, Roma nos ayudó muchísimo a mejorar nuestra relación. Compartimos casi cinco días aguantándonos los unos a los otros las veinticuatro horas, y a pesar de no haber dormido nada y tener pequeñas disputas, acabó siendo algo que recordaré siempre como una experiencia muy bonita y que repetiría mil veces.
También hay que mencionar el patio, que siempre es y siempre será un lugar de desconexión. No hay nada mejor que salir cansado de una clase y poder relajarte durante un rato charlando con tus compañeros. Es cierto que el tiempo se pasa volando y los quince minutos que tenemos no dan para mucho, pero tenemos que conformarnos con lo que hay. Durante los cuatro años que llevamos aquí los recreos nos han salvado de llevarnos un negativo por los deberes que tendríamos que tener hechos, o incluso para repasar para algún examen. A lo largo de este último mes mis recreos se han basado en repasar para los exámenes y, los días de calor, sentarme a hablar con mis amigas en las ventanas mientras tomamos el sol.
Se me quedarán muchos recuerdos de este año guardados para siempre, me da pena marcharme después de estos cuatro largos años aquí. En este instituto hemos crecido, llegamos siendo unos críos, y aunque ahora sigamos siéndolo, creo que nos marchamos de aquí siendo personas completamente distintas a las que éramos cuando llegamos. Hemos cambiado mucho, tanto mentalmente como físicamente, y de alguna manera u otra hemos madurado. Muchas cosas en nuestra vida han cambiado, nuestras amistades, nuestra manera de pensar, hemos experimentado cosas nuevas y nuestro estilo de vida no es el mismo ni volverá a serlo jamás. Con el paso de los años tenemos que empezar a preocuparnos más por nosotros mismos y a hacer las cosas por nosotros solos, ya no somos unos niños que vivimos sin preocupaciones, nos estamos haciendo mayores y tenemos que aprender a llevar el control de nuestras vidas.
La comunicación es importante, y se ha notado, hemos hablado de muchas cosas, buenas y malas. En todos los grupos siempre surgen diferencias entre los unos y los otros, pero gracias a ellas en parte ahora nos llevamos mejor, y eso es lo más importante. Hemos hablado entre nosotros como alumnos, pero también han hablado con nosotros los profesores. A lo largo de este curso nos hemos comido unas cuantas broncas, obviamente no son lo que queremos escuchar, pero sé que lo hacen para que seamos conscientes de nuestros actos y con el propósito de que mejoremos y nos vayan las cosas bien de cara al futuro. De verdad que siempre estaré agradecida de las broncas que me he llevado, aunque no siempre tengan toda la razón, me han ayudado a centrarme más y darme cuenta de que tengo que luchar por lo que realmente quiero.
Echo de menos muchas cosas. No empecé el curso con buen pie, ya que pensé que al no estar con todas mis amigas en clase me iba a aburrir y sería distinto, pero vivimos rodeados de constantes cambios, que pueden abrirnos o cerrarnos puertas ante nuestras vidas. No somos conscientes de lo que van a causar nuestras decisiones hasta que las tomamos. Me arrepiento de muchas decisiones que he tomado en mi vida, pero no puedo saber con certeza si a pesar de mi arrepentimiento ha sido la decisión acertada o no. Nunca sabrás lo que pasaría si hubieses actuado de otra manera en el pasado, hay que mirar el ayer con los ojos de hoy, y seguir adelante. Echo de menos la vida que tenía antes, no tenía las mismas preocupaciones que ahora, y tenía mucho más tiempo del que ahora tengo. A pesar de todo, me gusta hacerme mayor, la sensación de crecer, en la que te das cuenta de que cada vez eres más independiente y que puedes hacer cada vez más cosas por ti sola, sin la ayuda de nadie.
De este año podría decir que lo he disfrutado todo, soy una persona a la que le gusta quedarse con lo bueno de las cosas, y deseo que este último año persista por siempre en mi memoria como algo especial. Parece que fue ayer cuando llegué aquí, cuando veía a los de cuarto súper mayores y quería ser como ellos. He cumplido mi objetivo, he llegado hasta aquí, pero ya no lo veo como lo veía antes, estos cuatro años se han pasado volando y me muero de ganas por seguir creciendo e intentar llegar a todo lo que me proponga. Dicen que la ESO es una etapa que siempre se quedará en la memoria, y efectivamente, lo hará.
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